Mantenimiento de Piedra

A pesar de su sólida apariencia, lo cierto es que la piedra es un material delicado que precisa cuidados específicos para mantener toda su belleza. Como la piel, la piedra necesita una limpieza exigente que cuide sus poros, con suavidad pero con eficacia.

La limpieza puede ser diaria o periódica, la suciedad normal o excepcional, incrustada, pueden darse manchas difíciles; la suciedad puede ser intencionada. Para estos cometidos existen detergentes, decapantes y quitamanchas, así como productos preventivos de tales problemas.

La piedra, como un cutis sensible, requiere también hidratación y nutrición, para soportar incidencias atmosféricas, agresiones mecánicas, para prevenir manchas y en definitiva, para paliar el envejecimiento que produce el desgaste. En este sentido, las cremas, ceras, abrillantadores líquidos o en aerosol, constituyen verdaderos tratamientos de belleza, impermeabilizando los poros, intensificando el color y proporcionando un brillo espectacular y duradero.

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